Las artes marciales aportan disciplina, confianza, educación y respeto.
Permiten, al margen de una actividad física, desarrollar capacidades de
convivencia, socialización y autosuperación. La actividad permite
atender a distintas edades y niveles, ya que se estructura en grupos de
edad y va aumentando la exigencia técnica y física de forma progresiva
paralela a los conocimientos y estado evolutivo de los participantes.
Los grupos de trabajo se establecen en función de la edad y el cinturón
que indica el nivel técnico en la actividad. De forma genérica la
actividad se basa en conseguir los siguientes objetivos:
- Conocer los principios espirituales de las artes marciales clásicas.
- Conseguir un desarrollo motor equilibrado y mejorar las cualidades físicas básicas.
- Aprender y progresar en los distintos niveles de aprendizaje del Taekwondo.
- Iniciar a los participantes con cierto nivel en las competiciones propias de la actividad.
- Fomentar el respeto por los demás y el uso responsable de lo aprendido.
- Establecer una estructura deportiva que dé continuidad a la actividad en las distintas edades.
- Motivar a los alumnos hacia el deporte, creando un correcto hábito en el desarrollo deportivo.